MÉXICO.- El Gobierno de México plantó hoy cara al presidente de EE.UU., Donald Trump, al calificar de “inhumana y cruel” la política migratoria de separar a niños migrantes de sus familias, una situación agravada las últimas semanas con más de 2.000 casos.
“El Gobierno mexicano no promueve la ilegalidad, la migración ilegal. Sin embargo, por convicción y por obligación constitucional y legal no podremos permanecer indiferentes ante una situación inhumana y cruel”, detalló el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Luis Videgaray.
El mensaje ha sido contundente pero no sorprendente, pues sigue la línea de anteriores declaraciones en las que el Ejecutivo mexicano ha condenado las decisiones migratorias de la Casa Blanca con un marcado discurso antimigracion y antimexicano.
No obstante, Videgaray no ha cerrado tampoco las puertas al país vecino, pues ha recordado que el Gobierno que representa “trabaja todos los días por construir una relación de respeto, constructiva y de beneficio mutuo”, respetando la soberanía de Estados Unidos.
Según datos oficiales, cerca de 2.000 menores migrantes han sido separados de sus familias en la frontera con México en tan solo seis semanas por la aplicación de la política de “tolerancia cero”, que implica tratar como criminales a los indocumentados que entran al país.
Una política que ha provocado fuertes críticas al Gobierno de Estados Unidos de la oposición demócrata y organismos civiles, y que Trump defendió alegando que el país no se convertirá “en un campo de acogida de refugiados”.
El máximo responsable de Justicia, Jeff Sessions, llegó a escudarse en la Biblia para defender sus políticas, que implican que las personas que acceden al país ilegalmente sean procesadas por la vía criminal cuando los protocolos no permiten imputar un crimen a menores.
En su primer posicionamiento público sobre este asunto que estalló en los medios la pasada semana, Videgaray exhortó a los Estados Unidos a “reconsiderar su política” y a “dar prioridad” a la protección de los derechos de niñas y niños, con “independencia de su nacionalidad y situación migratoria”.
Acompañado de funcionarios de alto nivel de la SRE, denunció que las férreas acciones estadounidense ponen a los menores en un “situación de vulnerabilidad”.
De acuerdo con los datos recabados, 21 menores migrantes mexicanos fueron separados de sus padres, y solo siete de ellos permanecen en albergues, el resto ha sido repatriado.
“Los casos mexicanos son pocos, pero todos muy graves”, apuntó el representante de asuntos exteriores.
Explicó que el Gobierno mexicano ha reforzado -“en una actividad sin precedentes”- la atención consular en las últimas semanas, especialmente en casos que involucran a menores.
Videgaray detalló que está en comunicación directa con funcionarios del más alto nivel de la Casa Blanca y que se entregó una nota diplomática donde expresan “con claridad, el rechazo y condena a esta política”.
Pidieron también mayor coordinación entre agencias estadounidenses y el respeto de derechos como una “comunicación cotidiana” entre padres e hijos separados.
Hizo un llamamiento a la comunidad internacional y a organismos como la ONU y, sobre todo, tendió la mano a los países centroamericanos de Guatemala, Honduras y El Salvador.
“El Gobierno mexicano ofrece toda la capacidad institucional, red consular y de Cancillería, para intercambiar información y establecer acciones conjuntas”, apuntó el funcionario, que dijo que México no puede permanecer “indiferente” ante una situación “dramática”.
Tampoco descartó que el Ejecutivo tome acciones en tribunales internacionales. “Acudiremos a todas las instancias que se consideren que pueden ser útiles, y no descartamos ninguna opción”, aseguró.
Concluyó explicando que este choque diplomático en materia migratoria no influyen en las negociaciones para renovar el Tratado de Libre Comercio de América Norte (TLCAN) con Canadá y Estados Unidos, y se espera una nueva reunión ministerial en julio, cuando ya se hayan celebrado las elecciones presidenciales en México el 1 de julio.