LOS ÁNGELES, CA.- Un joven con una parálisis total de su cuerpo se presentó en las oficinas del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) de Los Ángeles para pedir a las autoridades federales que detengan la inminente deportación de su madre.
Miguel Martínez, de 36 años, corroboró a Efe su intención de que los agentes de Inmigración vean su estado para que frenen la deportación de su madre, María del Rosario Pineda.
“Quiero que comprueben que yo necesito de los cuidados de mi mamá, que le den una oportunidad de quedarse”, sostuvo el joven.
El inmigrante, que es residente permanente, sufrió un accidente automovilístico en agosto de 2014 en el que estuvo involucrado un camión del ejército estadounidense.
Tras un año en el hospital, Martínez regresó a su casa donde permanece encamado y con problemas respiratorios. Apenas puede hablar.
Su madre se encarga de los cuidados del joven desde ese entonces. El pasado 13 de febrero, cuando agentes del ICE ubicaron a la inmigrante en medio de una redada que dejó a 212 arrestados en el área de Los Ángeles, uno de los detenidos fue Ernesto Martínez Pineda, de 34 años, hermano del joven, que ya fue deportado a México.
“Los agentes me dijeron que colaborara. Yo estaba en la casa de mi hijo Ernesto por casualidad, y me hicieron firmar la citación”, advierte Pineda.
Para Fernando Romo, asesor legal de la Asociación de Salvadoreños de Los Ángeles (ASOSAL), la situación de Pineda es como la de cientos de inmigrantes que “caen” entre los “arrestos colaterales” de los operativos del ICE.
“Incluso, el caso de esta madre no se cuenta entre el operativo, pero terminó siendo afectada por la acción”, indicó Romo.
Pineda llegó al país hace casi 30 años, con su esposo y sus dos hijos, Miguel y Ernesto.
En California nació el menor, Anthony. A finales de la década de 1990, la inmigrante inició una petición para la residencia permanente, pero en medio del proceso tuvo que salir del país.
“Me fui porque mi mamá estaba muriendo, y me arriesgué a regresar por mis hijos, pero me detuvieron en la frontera”, relata Pineda.
El deseo de estar con sus hijos pudo más que la deportación que pesaba en su expediente y volvió a regresar a Estados Unidos.
“Ya han sido 15 años sin una infracción de tránsito, ni una multa”, expone la mujer.
El esposo de Pineda falleció. A los pocos días del deceso, su hijo Miguel sufrió el accidente.
Desde entonces se dedica a cuidarlo en la ciudad de Victor Ville, en el Condado de San Bernardino.
Hoy la familia tuvo que desplazarse más de 50 millas (80 kilómetros) para llegar a la cita.
Lo único que consiguieron fue cambiar el expediente a una oficina del ICE más cercana a su residencia.
“Si tengo que ir todos los días, yo voy a ir. Espero que el oficial entienda que necesito a mi mamá, que no es mi culpa que yo esté en este estado y que no quiero volverme una carga más para este país”, recalcó el joven, Miguel Martínez.
Este martes, la inmigrante y su hijo deberán presentarse otra vez frente a un oficial de Inmigración.