Inmigración

Jornaleros indocumentados de Florida, doblemente afectados por Irma

La imagen muestra a trabajadores agrícolas de California están en alerta permanente debido a las redadas de ICE. Foto USDA/Archivo

IMMOKALEE, FL.- El paso del huracán Irma por Florida no solo dejó millones de dólares en pérdidas y miles de personas afectadas por daños en sus viviendas, sino también sectores como el agrícola con cosechas pérdidas y los campesinos, principalmente indocumentados, sin una fuente de trabajo.

Un ejemplo de ello se puede encontrar en Immokalee, un pueblo de cerca de 2.000 habitantes en el suroeste de Florida, donde aproximadamente la mitad de la población son jornaleros indocumentados de México, Guatemala o Haití que trabajan en cultivos de jitomate, pepino, chile dulce y calabaza.

Zulaika Quintero, de la Asociación Cristiana de Inmigrantes y Abogacía por los Granjeros de Redlands (RCMA), dijo a Efe que Irma, que tocó tierra en el suroeste de Florida el 10 de septiembre, causó estragos en las viviendas de los jornaleros y también destruyó un gran porcentaje de los cultivos en esta zona del estado.

“El agua entró a la mayoría de las casas y las personas tienen miedo de que estén contaminadas” dijo Quintero, que es la directora de la escuela primaria de la comunidad de Immokalee.

Además, el ciclón dejó sin empleo a cientos de trabajadores del campo, pues los cultivos quedaron arrasados y cubiertos de árboles, ramas y escombros.

Según Zulaika Quintero, prácticamente el cien por ciento de los cultivos están destruidos. “No he escuchado de que se haya salvado algo”, “se dañó’ todo lo que tenían plantado”, aseveró.

El desastre natural ha agudizado la situación de pobreza en esta zona, cuya población es mayoritariamente hispana y ello ha llevado a RCMA a ayudar con alimentos especialmente a la población infantil.

“A los niños se le dará almuerzo y comida hasta el mes de octubre, y en algunos casos cena también”, manifestó la mexicana Quintero, quien añade que los indocumentados esperan que la situación mejore y puedan volver a trabajar.

Los campesinos integrantes de la asociación civil Coalición de Trabajadores de Immokalee (Coalition of Immokalee Workers) aseguran que fueron miles las hectáreas destruidas por el paso de Irma, cuyo ojo tocó tierra en Los Cayos de Florida y prosiguió luego por la costa oeste de Florida peninsular.

“En el mes de noviembre es cuando empieza la pizca (recogida) del tomate y va hasta el mes de mayo”, aseguró a Efe Cruz Salucio Pérez, integrante de la asociación civil.

El dirigente campesino lamenta que el huracán haya terminado con todo “justo cuando los trabajadores empezarían a levantar la cosecha” y augura que el daño va a tener consecuencias en todo el país.

“Es que las compañías grandes que hay aquí producen demasiado, entonces todo ese tomate se reparte en todo el país en tiempo de nieve”, explica.

Los cultivos de cítricos, una industria que da empleo a más de 45.000 personas y aporta unos 8.600 millones de dólares a la economía del estado, tampoco se han salvado de Irma.

Poco después del paso de Irma, el departamento de Cítricos de Florida (FDOC) manifestó que el huracán produjo “daños significativos y generalizados en todo el estado, con frutas en el suelo y algunos árboles sacados de raíz”.

Irma destruyó más de la mitad de los cultivos de naranja de Florida, reduciendo aún más una cosecha que ya anticipaba ser el menor rendimiento de los últimos 50 años, según FDOC.

La situación es complicada para los jornaleros, pero también para las miles de familias que dependen de la agroindustria, “como empacadores, trabajadores de limpieza” y otros.

En lo que se refiere al tomate, Cruz Sakucio Pérez dice que “estamos hablando de 10.000 trabajadores”, pero “si hablamos de toda la Florida de 30.000 a 40.000 personas se dedican a este trabajo”.

Cruz Salucio Pérez hizo un llamado a las autoridades para que ayuden a miles de jornaleros que dependen del campo a construir casas de mejor calidad para ellos y sus familias.

Immokalee es uno de los pueblos con mayor índice de pobreza en todo el territorio de Estados Unidos, según datos proporcionados por Jeff Fox, director del Proyecto Madre Teresa de Calcuta y quien dirige brigadas permanentes de servicio social integradas por estudiantes de la Universidad católica de Ave María, situada a poco más de once kilómetros de Immokalee.

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