PHOENIX, AZ.- El “preocupante” aumento de familias centroamericanas que intentan ingresar de manera ilegal a Estados Unidos ha creado una sobrepoblación en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza y los albergues de Nuevo México y Arizona, según explicaron a Efe personas cercanas a la situación.
Engañados por los “coyotes” (traficantes de personas), quienes aseguran a las familias que recibirán asilo político, los inmigrantes, alrededor de 400 familias, han sido entregados a organizaciones e iglesias en todo Arizona.
El lunes 8 de octubre por la tarde, dos camiones de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) arribaron a la iglesia Shadow Rock United Church of Christ, ubicada en Phoenix, donde transfirieron a 100 inmigrantes, entre ellos varios menores de edad.
El albergue de Nuevo México Annunciation House adelantó por su parte que espera recibir 1.000 familias a partir de esta semana y hasta la entrante, por lo que piden a la comunidad víveres, ropa, transporte y alojamientos.
“Son muchos los inmigrantes que estamos recibiendo, son padres o madres que vienen con sus hijos; queremos abrir más iglesias para darles refugio”, dijo a Efe Daren Moeliyan, voluntaria de Annunciation House, que trabaja con una red de iglesias en Las Cruces y El Paso.
“Nos platican que tienen que dormir en el suelo de la cárceles porque no hay espacio y los dejan demasiado tiempo, hasta por más de diez días”, agregó.
“En cada uno de nuestro albergues (son tres) estamos recibiendo 300 inmigrantes que vienen pidiendo refugio. Se pueden quedar por tres días”, apuntó la voluntaria.
Desde el 20 de agosto hasta hoy, unos 1.411 centroamericanos que viajaban en grupos y familias se han entregado o han sido detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza en el desierto de Arizona.
El Departamento de Seguridad Nacional estadounidense declaró agosto el mes del “registro más alto” de inmigración para la frontera suroeste.
Durante ese mes, 9.641 familias han sido detenidas por los agentes en el sector de El Paso, que incluye todo Nuevo México.
Según el reporte de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), los inmigrantes están sufriendo deshidratación, enfermedades, lesiones y muerte a manos de los traficantes y han calificado de “preocupante” la situación.
“Es una crisis humanitaria que impacta la seguridad fronteriza. Grupos criminales llenan sus bolsillos explotando a la población vulnerable y llenando con ella nuestras estaciones, desviando nuestros esfuerzos de seguridad nacional”, dijo en un comunicado Anthony Provaznik, jefe de CBP en Yuma.
El documento indica que los agentes están “alarmados”.
Los grandes grupos detenidos en Arizona fueron localizados cerca de San Luis, Lukeville, Yuma, la cuenca de Senita y la zona de Ajo.
Según CBP, sus agentes en estas áreas rastrean y encuentran cruces ilegales durante todo el día.
“El martes (de la semana pasada) enviamos agentes a rescatar a 61 de estos individuos de las crecientes aguas (…), y el miércoles, poco después de cruzar la frontera, una madre de uno de estos grupos falleció frente a su hijo”, indicó el comandante de Arizona, Rodolfo Karisch, también en un comunicado.
Gilda Irene Esquer Félix, representante legal del Albergue para Migrantes San Juan Bosco, en Nogales, explicó a Efe que “muchos se vienen porque escuchan que les van a dar asilo político, no solo centroamericanos, sino mexicanos que vienen con familias, la mayoría con niños”.
Mencionó que los centroamericanos, a diferencia de los mexicanos, tardan más en ser repatriados por la lejanía de sus países.
“Pero hace quince días que hemos visto un aumento de inmigrantes en nuestros albergues, de 40 personas que recibíamos a diario, ahora estamos recibiendo a 100 diariamente, que están siendo deportadas”, dijo.
“Muchos de ellos nos cuentan que tienen que dormir hasta en los baños de los centros de detención, mientras que otros llegan con lesiones en los tobillos, piernas y espalda que sufren cuando cruzan. A los lesionados los deportan más rápido para no atenderlos”, detalló Esquer Félix.
Por otra parte, algunos inmigrantes liberados de la custodia de CBP relataron a los voluntarios de Annunciation House y San Juan Bosco que se encontraban en celdas abarrotadas, junto a sus hijos. Algunas madres tienen niños de entre 2 y 4 meses.
De acuerdo con datos dados a conocer en medios locales, cada celda agrupa entre 40 y 50 inmigrantes. Se alimentan de “burritos” fríos y les dan tres minutos para tomar una ducha.
La mayoría de los detenidos que entraron en grandes grupos provienen de Guatemala y han viajado a través de México.