GUATEMALA.- Guatemala se ha caracterizado por ser, durante muchos años, un país de tránsito de personas pero ahora se ha convertido en un “país de refugio”, sobre todo para aquellos centroamericanos que huyen de la violencia.
Así lo ha explicado hoy en Ciudad de Guatemala la oficial de comunicación de la Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Panamá, Angela Florez, quien mantuvo un encuentro con los medios de comunicación para explicar el papel que juega la nación en esta nueva misión.
Actualmente, el mundo vive la mayor crisis de desplazados forzados desde la posguerra, con 65,6 millones de personas a finales de 2016, una cifra que ha ido en crecimiento durante los últimos años por hechos como la guerra en Siria, en Yemen o la situación en el sur de Sudán.
Esta cifra, dijo Florez, equivale a 4 veces la población de Guatemala, a todos los habitantes del Reino Unido o a la mitad de los que residen en México, y supone que cada minuto 20 personas se han desplazado.
Es aquí donde Guatemala juega un papel único en el tema de “protección internacional”. Actualmente da cobijo a 300 refugiados, la mayor parte de ellos salvadoreños y hondureños -que huyen de la violencia de sus países- y nicaragüenses que están en el país desde la revolución sandinista.
Desde el año 2002 -cuando se instaló el sistema de protección a los refugiados- hasta el 2016, se ha incrementado “de manera exponencial” el número de solicitantes de asilo, pasando de 11 a las 147 del año pasado, agregó Florez, quien destacó el aumento de peticiones del colectivo LGTBI.
“Si Guatemala continúa fortaleciendo su sistema de asilo y protección puede llegar a proteger a mucha población”, resumió, y reconoció que este mecanismo, la Comisión Nacional para Refugiados (Conare) funciona “muy bien” y rápido, con un promedio de 3 meses para resolver las solicitudes de refugio.
El país reconoce la “importancia” de ayudar al prójimo y “lo hace rápido”, además de contribuir a la integración de los refugiados para que sean “autosuficientes” y puedan colaborar con el desarrollo de Guatemala.
Para continuar evaluando el trabajo que se hace en la región, recordó, el alto comisionado de la Agencia de Naciones Unidas par los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, realizará una gira por Centroamérica y México del 21 al 31 de agosto, iniciando en Guatemala y concluyendo en Costa Rica.
La idea es buscar opciones regionales para hacer frente a esta problemática, así como analizar la dinámica, los retos y las posibilidades de futuro.
La visita de Grandi a Centroamérica es un preámbulo a una reunión que se celebrará en la ciudad norteña de San Pedro Sula y en la que se consolidará el proceso de consulta de la contribución de Centroamérica al pacto global sobre migración que líderes acordaron negociar en 2016 y se adoptará en septiembre de 2018.
El acuerdo global llevará el nombre de “Pacto Mundial para una migración segura, regular y ordenada” y estará acompañado de otro convenio internacional sobre los refugiados, en el que se espera que los países asuman compromisos más explícitos para su protección.