Washington, DC.- Uno de los senadores más conservadores, Lindsey Graham, y la Casa Blanca se han aliado para desarrollar un plan que facilite las deportaciones de los niños no acompañados que llegan al país en busca de asilo por los problemas que viven en sus países de origen.
“Corre la voz en las calles de Centroamérica de que si usted trae consigo a un niño, sin importar si es o no es realmente su hijo, las leyes de Estados Unidos pueden manipularse para permitir su permanencia”, justificó en una rueda de prensa Graham, que también es el presidente del Comité Judicial del Senado.
Entre otras cuestiones, el proyecto de ley presentado hoy por Graham permitiría al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) deportar inmediatamente a la mayoría de los menores no acompañados de América Central y duplicar el número de jueces federales de inmigración para decidir más rápidamente los casos de asilo.
“Tenemos una tormenta perfecta en la frontera debido a una serie de leyes incumplidas y obsoletas relacionadas con el asilo y los niños”, subrayó.
De acuerdo a medios locales, la Casa Blanca trabajó extensamente con el personal de Graham para desarrollar ese proyecto de ley, que tiene un amplio apoyo entre los republicanos pero casi nulo entre los demócratas.
Uno de los senadores demócratas con más peso en la Cámara Alta, Dick Durbin, aseguró después de la presentación del proyecto que el plan de Graham “es la propuesta de la Casa Blanca”.
“Tengo entendido que la propuesta del senador Graham es la propuesta de la Casa Blanca y sé que será analizada detenidamente”, comentó Durbin.
Graham dejó hoy la puerta abierta a ampliar su plan incluyendo una solución definitiva para los jóvenes amparados por el programa de Acción Diferida (DACA) con el objetivo de convencer a sus colegas demócratas y aprobar la ley de manera bipartidista.
“Estoy dispuesto a poner otras ideas de inmigración sobre la mesa para que haya más consenso con esto”, comentó Graham.
Pese a que la medida puede ser aprobada en el Senado, donde los republicanos cuentan con la mayoría, es poco probable que tenga éxito en una Cámara Baja controlada por los demócratas.
El plan ideado por Graham obligaría además a todos los solicitantes de asilo a demostrar un temor creíble a la hora de presentar su petición desde sus propios países de origen y no después de llegar a Estados Unidos.
“Esta legislación ayudará a proteger a los niños al garantizar que las solicitudes de asilo se presenten en su área de residencia, no después de un viaje de miles de millas”, defendió el senador, uno de los más influyentes del Partido Republicano.
Por otro lado, el plan permitiría que los migrantes que están bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) sean retenidos hasta 100 días, frente a los 20 actuales, mientras continúan sus procedimientos de asilo.
En este sentido, el legislador explicó que debido a la acumulación “masiva” de casos de asilo en la frontera la mayoría de esas solicitudes no pueden procesarse a tiempo y los inmigrantes son “liberados” en el país tras 20 días detenidos.
La iniciativa de Graham se hizo pública después de que Jared Kushner, asesor y yerno del presidente, Donald Trump; el asesor presidencial, Stephen Miller; y el vicepresidente Mike Pence informaron el martes a los senadores del Partido Republicano sobre la próxima estrategia de la Casa Blanca para revisar la inmigración legal.
La reforma del sistema migratorio ha sido uno de los principales escollos de la Administración de Trump y el Congreso, cuyos miembros no han sido capaces de desarrollar un plan que cuente con el apoyo de ambos partidos.