MANAGUA.- El Gobierno de Nicaragua guardó hoy silencio sobre la decisión de Estados Unidos de poner fin al Estatus de Protección Temporal (TPS) para los beneficiarios del país centroamericano.
En su alocución diaria en los medios oficiales, la vicepresidenta Rosario Murillo repasó todos los asuntos que afectan a Nicaragua, entre otros, el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la violencia poselectoral que viven algunos municipios, pero omitió comentar tanto la decisión del presidente Donald Trump de acabar con este programa como la opinión del Gobierno de Daniel Ortega sobre el final de este estatus.
Estados Unidos anunció este lunes la extensión durante seis meses del Estatus de Protección Temporal (TPS) para Honduras y el fin de este mismo programa para Nicaragua, por lo que 5.349 inmigrantes del país centroamericano perderán sus permisos para vivir y trabajar en suelo estadounidense.
El TPS, que permite permanecer temporalmente en Estados Unidos a indocumentados que huyen de un desastre o conflicto en su país, fue suspendido para Nicaragua porque supuestamente el país ya superó las condiciones que sufrió a causa del huracán Mitch en 1998.
La mayoría de los nicaragüenses que permanecen en Estados Unidos bajo el TPS fueron desplazados por el huracán Mitch, en 1998.
Con esta decisión, EE.UU. canceló el beneficio para 5.349 nicaragüenses, que tendrán un año a partir del 5 de enero de 2018 para preparar su regreso a su país de origen.
Por tanto, después de esta suspensión, más de 5.000 nicaragüenses tendrán que legalizar su estatus migratorio en Estados Unidos o regresar a su país en los próximos 12 meses.
El Gobierno de Nicaragua ha sostenido en los últimos 10 años que la economía del país es “robusta”, gracias a un crecimiento anual por encima del 4 %, pese a mantenerse como entre los más pobres de América Latina.