DENVER, CO.- La “injusticia” que sufren los “soñadores” centra el documental “We are DREAMers”, que se estrena hoy y en el que los jóvenes indocumentados aseguran que confían en que el Congreso actúe a su favor, aunque también son conscientes de que puede que “nada suceda”.
El documental, que surgió de una iniciativa del Centro de Leyes de Inmigración (ILC), una organización no lucrativa de Omaha (Nebraska), reúne a un grupo de “soñadores” para un diálogo espontáneo y “sin libreto” sobre su situación.
La cineasta Mele Mason grabó y editó esos diálogos para crear un documental de 48 minutos, mientras que el artista y activista Daniel Beaty, que moderó los encuentros, usó los diálogos como base del libreto de una obra de teatro, que también se estrena hoy.
Durante estos encuentros, jóvenes beneficiados por la Acción Diferida (DACA) presentan sus “desafíos y confusión” ante la posibilidad de perder su presencia legal el próximo 5 de marzo, fecha establecida por el presidente Trump para cerrar este programa creado en 2012 por Barack Obama para protegerlos de la deportación.
“Los jóvenes mismos son las mejores voces para hablar de este tema. Y su mensaje es claro: este es un tema que nos debe interesar a todos y para el que no puede haber soluciones parciales o temporales. La única esperanza real es una solución total y definitiva”, declaró Mason a Efe.
Uno de esos jóvenes, Armando Becerril, ahora contador, comenta en el documental que creció en “York, Nebraska, una ciudad de blancos”.
“Éramos sólo cinco familias latinas o de minorías, pero nunca me sentí fuera de lugar. La comunidad era muy abierta. Me aceptaron desde el inicio, desde que empecé el jardín de infantes”, dice Becerril.
Pero, según Mason, no todos entienden esa faceta de la historia. Durante la etapa de producción, al presentar el documental a legisladores, políticos, abogados y educadores, Mason detectó que “muchos de ellos ni siquiera conocen quiénes son los ‘soñadores'”.
Algunos creen que los “soñadores” ya son ciudadanos estadounidenses y otros los ven “sólo como criminales”.
“Ellos son nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajos. Son estadounidenses como cualquier otro estadounidense, excepto que les falta un papel para demostrarlo”, comentó la cineasta.
Pero la esperanza perdura porque “DACA es un problema que tiene solución y que se puede resolver a corto plazo”, al contrario, por ejemplo, de otras situaciones como pandillas, madres adolescentes, delincuencia juvenil o niños desamparados o abusados, temas que Mason abordó en otros documentales.
Por su parte, Emiliano Lerda, director ejecutivo del ILC, afirmó que tras el anuncio de la cancelación de DACA en septiembre pasado “ha surgido un tremendo clima de miedo e incertidumbre”, por lo que pidió que “se ilumine esa injusticia” y “se proteja a los ‘soñadores'”.
En su opinión, los “soñadores” sufren la injusticia de que, tras haber obtenido permiso de residencia y trabajo temporal gracias a DACA, ahora están cada más cerca de perder este amparo sin que hayan hecho nada para merecer este castigo.
Legisladores negocian en el Congreso federal una medida que dé estatus legal a los “soñadores”, aunque las posiciones se mantienen muy alejadas y se teme que se llegue a la fecha del 5 de marzo establecida por Trump sin cerrar un acuerdo que reciba además el visto bueno de la Casa Blanca.