Una compañía de poda de árboles con sede en los suburbios de Filadelfia, y cuyos camiones anaranjados han llegado a ser parte del paisaje en las comunidades de todo Estados Unidos, pagará una multa histórica luego de declararse culpable de contratar a personas que están en el país ilegalmente.
Asplundh Tree Expert Co., de Willow Grove, una compañía de servicios reconocida por podar y retirar ramas y árboles ubicados cercas de cables de electricidad, se declaró culpable el jueves de un cargo criminal. Un juez federal sentenció a la compañía a pagar un total de 95 millones de dólares. Los fiscales dicen que es la sanción monetaria más cuantiosa en un caso de inmigración.
La fiscalía federal en Filadelfia indicó que Asplundh dio trabajo a miles de trabajadores no autorizados entre 2010 y 2014, y que la alta dirección “se hacía la ciega” mientras los supervisores de menor nivel contrataban trabajadores que sabían que estaban sin autorización en el país. En algunos casos, los supervisores recontrataron a trabajadores que ya habían sido despedidos por la compañía debido a su estatus migratorio.
“Esto modelo descentralizado perpetuó tácitamente prácticas fraudulentas de contratación que maximizaron la productividad y las ganancias”, señaló la fiscalía a través de un comunicado. “Con una fuerza laboral motivada, que incluía a extranjeros no autorizados dispuestos a ser reubicados y responder a eventos climatológicos en todo el país, Asplundh tenía cuadrillas que podían movilizarse fácilmente y le permitían dominar el mercado”.
Asplundh es una compañía familiar de 90 años de existencia y que cuenta con 30.000 trabajadores en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. La empresa, que cuenta con varios contratos municipales, estatales y federales, señaló que reformó sus prácticas de contratación.
Investigadores del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) comenzaron una auditoría a Asplundh en 2009 y encontraron que daba trabajo a empleados no autorizados. La empresa despidió a los trabajadores, pero algunos gerentes los recontrataron, y aceptaron licencias de conducir falsas, números de Seguro Social, tarjetas de residencia permanente y otras formas fraudulentas de identificación, según documentos de la corte.
Tres gerentes de Asplundh, incluyendo a un vicepresidente, ya se declararon culpables a delitos graves derivados del caso.
La compañía comentó que desde que supo en 2015 de la investigación federal, ha contratado a especialistas en cumplimiento de normas, implementó un sistema de identificación con fotografía que incluye un software de reconocimiento facial, investigó cada una de las denuncias sobre trabajadores no autorizados y tomó otras medidas para eliminar sus “prácticas del pasado”.
“Aceptamos la responsabilidad por los cargos presentados, y nos disculpamos con nuestros consumidores, aliados y accionistas por lo ocurrido”, dijo el presidente y director general, Scott Asplundh, en un comunicado publicado en el sitio web de la compañía.