WASHINGTON.- Las detenciones en la frontera entre México y EE.UU. cayeron a su nivel más bajo en 46 años en el año fiscal 2017, que concluyó en septiembre, al registrarse 310.531 arrestos, informó hoy el Departamento de Seguridad Nacional.
“Es el nivel más bajo de detenciones en 46 años, no es una coincidencia, es por este presidente (Donald Trump), que les guste o no está haciendo un buen trabajo”, consideró durante una rueda de prensa en Washington el director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Thomas Homan.
Homan y el resto de funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional insistieron en la necesidad de construir un muro entre México y EE.UU., a pesar del significativo descenso en la llegada de inmigrantes, y aseguraron que el Gobierno volverá a pedir fondos al Congreso para construir la barrera fronteriza.
En total, las autoridades de EE.UU. detuvieron a 454.001 inmigrantes que vivían de manera irregular en el país, habían cometido algún crimen o trataron de entrar a través de la frontera.
En concreto, los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) arrestaron a 310.531 inmigrantes durante el año fiscal 2017, lo que muestra un significativo descenso con respecto al ejercicio anterior, cuando hubo 415.816 detenciones, y supone la cifra más baja de aprehensiones en la frontera desde 1971.
De esas 310.531 detenciones, la mayoría (303.916) se registraron en la frontera entre México y Estados Unidos.
De los detenidos en esa frontera, 127.938 eran originarios de México, mientras que 162.891 provenían de El Salvador, Guatemala y Honduras, países de los que huye un número creciente de personas debido a la violencia de las pandillas y del narcotráfico, así como por la falta de oportunidades económicas.
Desde la llegada de Donald Trump al poder en enero, las cifras de llegadas han descendido significativamente, aunque en mayo comenzaron a registrarse incrementos mensuales del número de detenciones en la frontera con México, especialmente familias o niños que viajan solos.
Durante todo el año fiscal 2017, 104.997 miembros de familias fueron detenidos en la frontera con México y otros 48.681 niños que viajaban solos fueron detenidos o se les prohibió la entrada.
Varios expertos han bautizado como “fenómeno Trump” la bajada en el número de llegadas, pues creen que la retórica del mandatario ha intimidado a los inmigrantes y les ha obligado a permanecer en casa.
No obstante, aunque bajaron las detenciones en la frontera, hubo un significativo aumento del número de arrestos de inmigrantes dentro de EE.UU., que fueron detenidos por residir ilegalmente en el país o por haber cometido algún delito, según datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Solo entre enero, cuando Trump tomó posesión, y septiembre, cuando acaba el ejercicio, los agentes del ICE detuvieron a 110.568 inmigrantes, lo que supone un incremento del 40 % con respecto a todo el año fiscal anterior cuando, bajo el Gobierno de Barack Obama, hubo 77.806 detenciones.
Los agentes del ICE se encargan de detener a inmigrantes dentro de EE.UU. para, luego, mantenerlos en centros de detención mientras un juez evalúa si pueden quedarse en el país o deben ser deportados.
El número de inmigrantes deportados por el ICE ascendió a 226.119 en el año fiscal 2017 y, la mayoría de ellos (128.765), fueron mexicanos, uno de los colectivos inmigrantes que más tiempo lleva viviendo en EE.UU. aunque, en los últimos años, son los centroamericanos los que más emprenden el camino al norte.
De esa forma, tras los mexicanos, los siguientes en sufrir las deportaciones fueron los guatemaltecos con 33.570 expulsiones, seguidos de los hondureños (22.381) y los salvadoreños (18.838).
Los datos dados a conocer hoy ofrecen una de las imágenes más nítidas sobre el efecto de las políticas migratorias de Trump, quien al poco de tomar posesión eliminó una política de Obama destinada a priorizar la deportación de inmigrantes con antecedentes penales, en vez de la expulsión de familias.
Bajo las políticas de Trump, existe la misma probabilidad de deportación para cualquiera de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en EE.UU.