LOS ÁNGELES, CA.- Con el propósito de ilustrar el daño que causó la eliminación de los permisos de salida del país para los “soñadores” amparados por el programa de Acción Diferida (DACA) se estrenó el pasado fin de semana en Los Ángeles el documental “Advance Parole”.
El film dirigido por Lidieth Arévalo retrata el drama que vivió la “soñadora” Mayra Garibo, a quien las autoridades migratorias le negaron en reiteradas ocasiones un permiso de reingreso al país conocido en inglés como “advance parole” para asistir al entierro de su padre en enero pasado.
“Que ni siquiera la Administración Trump te permita asistir al funeral de tu propio padre es algo inhumano”, consideró Arévalo en declaraciones a Efe.
La solicitud de Garibo se dio días después que el juez William Alsup, de la Corte del Distrito Norte de California, ordenara al Gobierno de Trump de aceptar nuevamente las solicitudes de renovación de DACA, luego de que el Gobierno anunciara en septiembre de 2017 la cancelación de este amparo.
La directora del documental asegura que este caso es la muestra de la falta de humanidad que existe por parte de la Administración y que ha infundido a los empleados gubernamentales.
Garibo, una estudiante de 25 años de la Universidad Estatal de California Domínguez Hills (CSUDH), ya había sido afectada por la decisión del presidente de revocar los permisos de salida para los soñadores.
La joven, que tiene vigente su amparo de DACA hasta 2019, era una de las estudiantes seleccionadas para participar en el Proyecto California México de la Universidad de Cal State Long Beach (CSULB), que logró llevar a casi 250 beneficiarios de DACA a reencontrarse con sus raíces y sus seres queridos en el país vecino.
“Mayra Garibo ha sido afectada por esta política varias veces, ella habría podido ver con vida a su padre, tampoco pudo ir a su entierro y ahora quiere ver a su abuelo que está a punto de morir” explica Arévalo.
La cineasta salvadoreña, que también es una “soñadora”, asegura que el caso de Garibo, que llegó a EEUU junto a su madre cuando era una niña, se repite miles de veces. “Siempre hay alguien al que queremos volver a abrazar”.
Arévalo sabe de primera mano como el permiso de salida le permite a los “soñadores” reconciliarse con el pasado y el país que dejaron atrás cuando eran niños.
La directora cuscatleca logró viajar a El Salvador en diciembre de 2015 y ver a su padre y hermano, que había sido deportado años antes.
Aunque Arévalo logró beneficiarse del permiso de salida en varias ocasiones, la política de la Administración Trump impactó directamente en sus estudios académicos.
La salvadoreña cursa una maestría en estudios de cine y obtuvo una beca para realizar un documental en Australia, pero se tendrá que quedar en casa mientras sus compañeros viajan.
“Se van este domingo y yo no puedo participar de algo que me gané por mérito propio”, lamentó.
El documental, que será exhibido por primera vez en la sede del Consulado General de México de Los Ángeles, está disponible al público de manera gratuita a partir de esta semana.