SAN DIEGO, CAL.- La actriz estadounidense Alyssa Milano anunció hoy en esta ciudad, su colaboración con el Safe Families Fund (Fondo de Seguridad y Justicia para Todos), destinado a la asistencia legal y a la representación de inmigrantes que enfrentan la deportación.
“La representación legal para inmigrantes puede literalmente salvar vidas”, enfatizó Milano en una conferencia de prensa en la plaza cívica de San Diego, donde estuvo acompañada por asociaciones civiles que prestan servicios a indocumentados.
La popular actriz dijo haberse “horrorizado” por la implementación de la política de “cero tolerancia” contra la inmigración irregular que separó a más de 2.000 niños de sus padres, en su mayoría centroamericanos.
“Ver que el Gobierno tomó a cientos de niños de los brazos de sus padres rompió mi corazón. Muchos de ellos viajaron innumerables millas buscando refugio por la indescriptible violencia en sus países de origen y arriesgando la vida para llegar aquí”, lamentó.
Como activista en favor de inmigrantes y Embajadora de Buena Voluntad de la Unicef desde hace quince años, Milano dijo haber sido testigo de las condiciones que obligan a estas familias a buscar una mejor vida para sus seres queridos.
“He visto cómo una madre haría absolutamente cualquier cosa por mantener a su familia segura, incluso huir de la única vida que ha conocido para enfrentar a una Administración que se burla de su llegada y busca detenerla y deportarla rápidamente sin el debido proceso de ley”, agregó la también productora.
El Safe Families Fund quiere ampliar programas para proteger el derecho de inmigrantes al debido proceso, ante el endurecimiento de políticas migratorias a nivel federal y la crisis generada por la separación de familias en la frontera sur, explicó la intérprete de series de televisión como “Who’s the Boss?” (1984-92), “Melrose Place” (1992) y “Mistresses” (2008-2010).
Se estima que cerca del 80 % de los inmigrantes recluidos en el Centro de Detención de Otay Mesa, en California, carecen de representación legal, de acuerdo con la abogada Monika Langarica, del Proyecto Justicia de Inmigración (IJP).
“El sistema de inmigración es demasiado complejo”, enfatizó Langarica. “Para una persona que no habla inglés, que no tiene una educación muy alta y que además ha sufrido un trauma en su vida (…) hace el proceso más difícil”, argumentó.
Alyssa Milano (Brooklyn, Nueva York, 1972) presentó a la joven Wendy, de 18 años, originaria de El Salvador, quien fue víctima de abuso físico y sexual en su país natal.
En su desesperación por huir hace dos años de la violencia a la que era sometida, Wendy cruzó la frontera entre Calexico (California) y México para solicitar asilo político. Gracias a que tuvo apoyo legal, ahora discute su caso mientras cursa la preparatoria.
Cuando recién llegó, no entendía el proceso. La joven recordó que se le entregaron varios documentos para firmar. “No tenía idea de qué eran”, apuntó.
“Ya había experimentado muchas cosas terribles y se me puso en una situación que era tan complicada que perdí la esperanza”, dijo la salvadoreña.
“Ahora que tengo un abogado puedo pelear y lo hacemos por mi seguridad y por mi vida”, enfatizó.
Según especialistas, contar con un abogado aumenta hasta diez veces las posibilidades de que el inmigrante gane un caso, para el cual un juez tendrá la última palabra.