CHICAGO, IL.- Activistas, familias inmigrantes y productores rurales de Wisconsin protestaron hoy en la Asamblea Legislativa contra leyes que consideran antiinmigrantes y que califican como perjudiciales para la economía del estado.
Unas 200 personas realizaron una audiencia pública en uno de los salones del Capitolio, en la capital estatal Madison, para exigir que se detenga el estudio de los proyectos de ley AB190 y SB275, que guarda similitudes con la polémica ley texana SB4, que prohíbe las “ciudades santuario”, según el grupo Voces de la Frontera.
“Tenemos que educar a los legisladores, porque muchos de ellos no saben de qué tratan esos proyectos”, declaró a Efe la activista Christine Neuman-Ortiz.
Agregó que el 80 % de la producción lechera de Wisconsin es recogida por inmigrantes, una mano de obra que ya ha comenzado a escasear ante la incertidumbre y amenazas provocadas por las “políticas racistas del presidente Donald Trump”.
Según la activista, la industria lechera se estaría encaminando hacia “el caos” por falta de trabajadores, porque muchas familias inmigrantes han abandonado el estado ante la hostilidad que sienten del Gobierno.
Las iniciativas AB190/SB275 buscan prohibir a gobiernos locales la aprobación de cualquier tipo de ordenanza, resolución o política que impida la colaboración con la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).
Según los activistas, los proyectos son una copia de la texana SB4 y de la local AB450, que fue derrotada en 2016 tras la huelga y la jornada del Día sin Latinos realizada en la capital del estado.
Destacaron que con estas leyes se pretende además que los empleados municipales, agentes policiales, funcionarios de las cortes e inclusive maestros puedan ser obligados a colaborar con Inmigración y convertirse en “agentes de deportación”.
Neuman-Ortiz informó que en la audiencia de hoy participaron personas que llegaron de varias ciudades de Wisconsin.
“Quedó claro de que estamos dispuestos a luchar muy fuerte para evitar la aprobación de estas leyes”, señaló la activista, para quien una opción de resistencia sería otro paro laboral “sin latinos, inmigrantes y refugiados”.
“Haríamos sentir nuevamente la fuerza de nuestro poder económico, como ocurrió el año pasado, pero esta vez serían dos días”, informó Neuman-Ortiz.