Activistas lamentan “realidad distorsionada” sobre fin de crisis migratoria

Resistencia a separación familiarImagen de archivo que muestra a más de 250 personas, incluidos niños, que acampan frente a la sede del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Portland, Oregon, tras conocerse la implementación de la política de "tolerancia cero". Esta norma del gobierno ha separado a más de 2.600 menores, situación que está lejos de terminar, según activistas que piden no dar más fondos para la agencia. Foto Archivo EFE/Tania Cidoncha

AUSTIN, TX.- Organizaciones en defensa de los derechos de los inmigrantes advirtieron de que la crisis provocada por las políticas de “tolerancia cero” del Gobierno en la frontera con México no ha finalizado y lamentaron que se difunda “una realidad distorsionada”.

El director ejecutivo de Border Network Human Rights (BNHR), Fernando García, explicó a Efe que el panorama planteado es “distorsionado y falso”, puesto que todavía un centenar de niños permanecen alejados de sus familias y, además, denunció que la “tolerancia cero” no ha sido suspendida.

El juez federal Dana Sabraw firmó el 9 de octubre un acuerdo preliminar bajo el cual el Gobierno del presidente, Donald Trump, está obligado a reconsiderar cientos de peticiones de asilo de familias separadas en el mes de junio.

El magistrado, que calificó este acuerdo de “excelente”, añadió que están “muy cerca” de terminar con esta situación.

De acuerdo con el último informe federal, se ha reunificado a 2.296 de los 2.654 niños separados. Del grupo restante, 136 menores continúan bajo custodia de las autoridades -96 de ellos de padres que ya han sido deportados- y otros 219 no serán elegibles para reunificación.

“Esta es una distorsión cínica porque a la Administración parece que no le interesan ni los niños ni las familias, mientras que ellos dicen que está solucionado vemos cómo llegan más niños a las cárceles”, declaró García.

La pasada semana, al menos 1.600 menores fueron trasladados desde otras prisiones del país hasta el centro de Tornillo, en las afueras de El Paso (Texas), con capacidad 3.800 personas.

El director de BNHR desconfió de las intenciones de las autoridades, ya que, según su experiencia, en la región cuando los inmigrantes son trasladados a la frontera es para preparar su expulsión.
“Estamos en la antesala de una deportación masiva de menores”, advirtió García.

La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), organismo que interpuso una de las tres demandas contra el Gobierno, precisó que cuando la Oficina de Inmigración y Aduana (ICE) se encarga de las repatriaciones a Centroamérica no lo notifica a los padres con anterioridad.

Por ello, solicitó a través de un comunicado que el Departamento de Salud y Servicios Humanos se responsabilice de dicho proceso.