CONCORD, NH.- Un inmigrante de Brasil que actualmente vive en Nueva Hampshire y que encara una orden de deportación el 5 de noviembre, dijo que los funcionarios federales no están cumpliendo un acuerdo de hace 15 años que le permite quedarse en Estados Unidos.
Renato Filippi, de 58 años, ingresó a Estados Unidos a través de la frontera con México en 2002 con la ayuda de contrabandistas. Fue arrestado, pero señaló que las autoridades estadounidenses lo reclutaron para que trabajara como informante para denunciar a las personas que lo ayudaron a entrar al territorio. Dijo que a cambio le prometieron que se quedaría en Estados Unidos de forma permanente. Ahora enfrenta un proceso de deportación, y destacó que enfrenta amenazas de muerte provenientes de Brasil y que teme regresar.
“Siempre pensamos de Estados Unidos como algo distinto; como un mejor país con un mejor sistema de justicia y donde estaríamos a salvo”, dijo el miércoles su hija Renata Filippi, de 31 años. “Ahora es como si nuestra vida fuera completamente diferente… Lo único que puedo esperar y que deseo es que le permitan quedarse y digan: ‘Está bien, esa es nuestra parte del trato’”, agregó.
Shawn Neudauer, portavoz del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, se negó a comentar al respecto el miércoles.
Filippi dijo que trabajó dentro de un centro de detención en Texas por casi un año. Posteriormente fue transferido a Nueva Hampshire y se le solicitó que se reportara periódicamente ante los funcionarios del servicio. Pudo obtener un número de Seguro Social, una licencia para conducir y encontró empleo. Vino con su esposa e hija a Nueva Hampshire.
Durante una cita de rutina con las autoridades de inmigración en septiembre, se le informó que debía de abandonar el territorio. El abogado de Filippi está presentando apelaciones en el Tribunal del 1er Circuito en Boston y en la Junta de Apelaciones de Inmigración. Un juez federal en Nueva Hampshire desestimó el caso, bajo el argumento de que carecía de jurisdicción.